Esta sensación que nos hace ser conscientes de estar existiendo, sabe que nada es casual en esta vida. Que todo en ella respira un halo misterioso y mágico.
Tan mágico y misterioso, como el hecho de que este instante en que estoy terminando de redactar estas palabras, sea el mismo vivo instante en que tú las estás leyendo. En ambas vivencias, nuestra realidad personal coincide en el único instante sin tiempo en que la vida nos sucede.
Este instante vivo siempre es fresco, inexplorado, abierto a todo, sin lastre alguno. Esa es su naturaleza.
Desde este instante único y atemporal, El viaje de Riddhi te anima a recrear un viaje interior por medio de esta representación simbólica del eterno buscador que ansía la Felicidad.
Felicidad que es una e imperturbable a nuestros juicios y prejuicios, a nuestros miedos y deseos, a nuestros méritos y culpas. Felicidad que, erróneamente a lo que nos hacen creer, no ha de ser conquistada ni estamos condenados a perderla: es lo que somos.
Está en tu mano, si así ha de ser, descubrir esta verdad intemporal mientras dure tu estancia en la Tierra.
¡Así sea! ¡Así Es!